jueves, 3 de diciembre de 2015

Posesión - La travesura mortal de Lan´an´ki





Leonardo era un tipo normal. Muy tranquilo, amante de pasar largas horas callado. Demasiado callado, tal vez. Un poco pasado de kilos, blanco y blando como malvavisco, de anteojos y semicalvo. Alguien con esa maravillosa y envidiable característica de pasar desapercibido en cualquier sitio. No tenía ninguna cualidad que lo destacara, más que el simple hecho de estar en la cúspide de la campana de Gauss de la normalidad. Siempre cumplió con las leyes. Hubiera sido un excelente agente del mejor cuerpo de élite del servicio de inteligencia de cualquier país. Salvo por el simple hecho de que no tenía tampoco ninguna condición deseable para un agente secreto, salvo la de parecer uno más del montón. De un enorme montón. No tenía ni siquiera una multa por estacionar mal una bicicleta, mucho menos una por algún inconveniente relacionado con su auto. Pagaba los impuestos apenas el primer día que comenzaba la recaudación. Ni una entrada a la pequeña cárcel del pueblo cuando joven por borracho o alborotador.

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